Escribir es pensar

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Taller de escritura coordinado por Carlos Rehermann

Creemos que un taller de escritura no puede basarse en el análisis de textos de la manera que lo hace un curso de literatura. Un taller de escritura es un espacio de intercambio entre escritores, y no un espacio de comentarios entre lectores.

 

Escribir es pensar; no es aplicar una técnica para trasmitir un pensamiento.

 

Un escritor no necesariamente tiene una idea y luego la escribe: un escritor escribe, y el resultado de su escritura es su idea.

 

Escribir es pensar. Se parece al zazen, la meditación de los budistas Zen japoneses. Cuando se le pregunta a un monje Zen qué hay que hacer para meditar, ellos responden con una serie de indicaciones de cómo sentarse. "Sí, sí, está bien -suele responder el lego- pero, ¿cómo se medita?". El monje comienza a parecer idiota: repite las instrucciones para sentarse.

 

"Zazen" significa "Zen sentado", es decir: meditar sentado. ¿Y qué es zen? Zen es estarse quieto. Por ejemplo, sentado. ¿Pero sentado haciendo qué? -casi grita uno, desesperado-. Sentado estando sentado. No es tan difícil, ¿no?, replica el monje.

 

Escribir es una actividad que exige una serie de aceptaciones parecidas, cerradas en sí mismas: para escribir sólo es necesario sentarse a escribir.

 

Sentarse a escribir significa lo mismo que sentarse a meditar: estar ahí para eso. ¿Pero qué es eso? Eso es estar ahí. Escribir. Zazen.

 

Escribir es pensar.

 

Nuestro taller de escritura es un espacio para intercambiar ideas con otra gente que piensa. Aquí no se aprende a escribir si no se aprende a pensar.

 

Esta manera de ver la escritura es la que sostiene una frase que podría resumir el lema del Taller: "Lo peor que has escrito es mejor que lo mejor que no has escrito".

 

Hay que escribir, ya, ahora mismo, porque escribir es pensar.

 

Lo peor que has escrito es mejor

que lo mejor que no has escrito